Alfredo Hernández nació en Santa Ana departamento de El Salvador, su formación fue en instituciones públicas desde la primaria y hoy a sus 24 años estudia en la Universidad de El Salvador la carrera de Licenciatura en administración de empresas y está haciendo crecer su idea de negocio.
Su primer trabajo fue en el departamento de contabilidad de una empresa local; sin embargo, para dedicarse a sus estudios a sus estudios que inició con los ahorros propios y un año después no tenía dinero para sacar unos folletos de una materia, por lo que acudió a su familia obteniendo la respuesta «No podemos ayudarte, mejor deja de estudiar»
La calle sería su oficina

El entonces comenzó a buscar empleo, ya que dejar su educación superior no era una opción, fue a varias entrevistas, y le decían lo típico; “le llamaremos pronto”. Siendo un amigo el que le expone que un restaurante necesita a alguien para que haga entregas a domicilio.
Ser repartidor era algo que le daba temor por la inseguridad atenuante y desconfianza por qué no conocía la nomenclatura de Santa Ana; razón por lo que pospuso lo más que pudo, es más quedaba de reunirse con su futuro jefe y este le cancelaba media hora antes; hasta que un día se reunieron quedando en el acuerdo que iniciaría la siguiente semana, al salir de la entrevista llovió muy fuerte; Alfredo, recuerda que en su mente pasaba el hecho que “la calle sería su nueva oficina y las lluvias estarían a la orden del día” pues era época lluviosa.
Emprender ante una necesidad

En sus primeras entregas le pedía ayuda a su mejor amiga; quien le buscaba la dirección en el GPS y él iba manejando con una vaga idea de dónde podría ser el destino del servicio, entonces se detenía en cada lugar que podía a ver si ya tenía la dirección; cuando ella no respondía él se preocupaba muchísimo puesto que no quería fallar y necesitaba ese trabajo.
Con el tiempo conoció las nomenclaturas y direcciones de los clientes, la ayuda era menos necesaria, pasados dos meses renunció al empleo, para seguir haciendo entregas solo a la hora del almuerzo, eso le permitía continuar con sus estudios y además darse a conocer con otros restaurantes.
¡La experiencia es muy necesaria!
Con todo lo anterior, comienza a hacer entregas más a detalle bajo el nombre de Envíos Xpress, donde aplica los conocimientos adquiridos en la universidad y la experiencia previa como repartidor; posteriormente va mejorando la idea de negocio bajo el nombre de ARISTAGO (los mejores al transportar) lo puedes encontrar en Facebook e Instagram para hacer uso del servicio.
Alfredo, expone que su filosofía de vida es “no existen las excusas”, para lograr algo se debe trabajar duro día y noche hasta conseguirlo, si una persona desea continuar estudiando y por lo económico «no puede» solo es una excusa; por más difícil que sea el horario en la universidad; solo hay que quitarse la pena, el miedo e innovar. Hay muchos salvadoreños que logran mantener a una familia con hasta 8 hijos vendiendo tamales, personas mayores empujando una carreta cargada de verduras, señores con un carretón de sorbete; compañeros venden dulces o ropa usada.
¡No lo dudes, actúa!
Aristago, se está fortaleciendo como marca ya que hace entregas a domicilio en Ahuachapan y varios municipios de Santa Ana con la más grande aspiración de ser reconocida y posicionada a nivel nacional e internacional diversificando en nuevas líneas de servicios.

Imagenes e historia: Alfredo Henández